Desde ojo ajeno,
las manos del prójimo,
intuí el magma corrupto
de la tierra.
Desperté a una orilla,
vestí sus ropas de ceniza,
en el temor del fuego
caminé pie enjuto
la senda calcinada.
Hoy,
de mis ojos, de mis manos,
arrojo agua al sendero,
mañana,
cubro oído y mirada.
Canto bien alto,
entretenido el sentido,
pasado, soy pasto de llama.
Oh Dios!,
que yo prendo sarmiento.
Que también al mundo
bajo lumbre de una vela.
Que ver en penumbra,
es en penumbra mi pie.
Dios mío!
que tan solo ego un hombre.
Ego inútil,
y así de necio.
Pasión inútil.-JOff
Gracias.
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Maravilloso poema!!!
Enhorabuena.
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