Hay preguntas que asoman sigilosas,
me visitan cada vez más asiduas,
me dan un toque en la cabeza
y se ocultan tras el espejo.
Las busco y las pierdo,
cuando la mirada
sobre deshilachados hilos de plata,
entre la amarilla maraña
que adorna mi cabeza matutina.
Se va ordenando el día
a la celeridad de un tren de alta velocidad.
Mientras mi cuerpo aun arrastra una media
mañana, el sol ya va esculpiendo,
las sombras que tragará la noche.
Las preguntas se asoman y se esfuman
olvidando el rancio aroma que desprenden,
en la taza del café de la tarde
o al doblar una esquina,
en el viento que ya siempre frío.
El otoño largo ha llegado y aun con suerte,
sé que apenas durará un suspiro.
…a menudo
una pregunta se recuesta entre mis párpados,
y la voz recurrente resuena el silencio
despertando mis oídos:
-¿Porqué tantas preguntas
a estas alturas de la vida?
pero entonces, esa otra voz de no sé donde…
-El misterio crece la curiosidad
junto al tiempo.
Es el miedo viejo, que dice que ya ni se siente,
y pare otro.
Mientras el recién nacido,
en llanto a una temida despedida…
él le entona incógnitas,
nanas que interpelan, sobre la muerte a la vida.
Pero créeme, la respuesta, vivirla.
Por fin dormimos,
sé que un nuevo asalto me pillará por sorpresa,
tanto a mi, como a ellas.
*Cuestión de vida.-JOff