El frío gélido de la madrugada la despertó; puede que no llevase ni media hora de sueño, pero es más de lo que podría haber imaginado dormir sobre aquel desangelado y desvencijado banco. La madera crujía bajo sus huesos, o tal vez eran estos mismos los que crujian sobre el improvisado lecho. Había caminado toda [...]