En el amor imperturbable

Manantial de la noche fría

viniste a anegar

las últimas manos,

el último suspiro

envenenado.

Sumergirste los pesares,

y en su fuerza,

la corriente no bastó

para arrastrarlos al río.

De los ribazos hace emerger

una sola lágrima,

todos los barros y lodos,

mas en su brillo,

en todo su destello,

este corazón aún conserva,

amada y protegida…

su primera pepita de oro.

*En el amor imperturbable.-JOff

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