Despierta la madrugada
entre tu piel y las sábanas,
calor y humedad me atrapan,
allá donde tu bondad
a mi hambre se crece.
Te desayuno despacio
masticando lentamente,
cada bocado pecado,
tibios los senos sobre tu boca
un par de penitentes,
mi sexo desenfrenado,
busca la herida,
de tu lengua de tus dientes.
Castigo
busca castigo,
y tú, sacerdote de mis huestes
al pecado, penitencia.
Ya en tu bondad combatiente,
crecida… crecida,
creciente,
con cada herida me absuelves.
Quiero pecarte.-JOff