Busco su cielo a cada
amanecer,
y el día camina descalzo
hacia sus zapatos,
calza la sonrisa del niño,
desnudo,
abre y ofrece sus manos.
Y a cada día busco su cielo,
libero el alma sostenida,
derramo,
la última brisa precavida.
A duras penas,
el azul mantiene su azul,
mas hay veces,
aun si tan contadas,
que viste de feria,
recorre danzando
hasta su noche.
Pocas, escasas,
el cielo se crece,
tan enorme…
que el infierno,
ni a doblar una esquina
se atreve.
A cada amanecer
busco su cielo,
su recompensa,
encontrarlo,
aun si escasas
tan pocas veces…
al día,
buscar su cielo
merece.
*Un cielo a cada día