Ahora no sé que contarte,
apenas se hablar,
solo digo, mamá,
a todas horas.
Más tarde te cuento
los rosas y negros,
tu sonrisa se hace recipiente,
de los grises
que aún no siento.
En la hora del lirio,
dejo de hablar contigo,
me alejo a zancadas
por los bosques,
descubro el largo de mi
lengua,
a muy poquito tiempo…
hago charcos
que entre las dos crezco,
después,
arena, agua, tierra,
muro infinito por medio.
Un día…
en mi boca sin ser tu voz,
hablas y dices tú,
son tus dichos como en eco.
Juega conmigo el espejo,
se me aparecen tus muecas,
las atrapo,
me desaparezco.
Con el contorno de mi
sombra,
me equivoco,
en él adivino tu esbozo,
y hasta cuando me siento,
se cruzan tus rodillas.
Te nombré, te llamé,
de puntillas, a escondidas,
a hurtadillas…
sin que me advirtieses.
Regresé a ti,
y al tiempo de mi ausencia
llamaron ley de vida,
yo le llamé,
demasiado tiempo.
*Hola mamá.-JOff