…me siento al abrigo de tu melancolía,
escondo mi rostro
en el hueco de tu aroma
y te canto al oído,
bajito,
el principio del amor.
Se deshace
la lánguida manta
tejida de alas mojadas,
y entre tu cuerpo y el mío,
ni vello de algodón.
Las piele se funden
en el silencio largo
que va explotando mariposas.
Se abren los cuerpos,
se liberan,
los pájaros de la risa.
Se alborotan las fresas,
que blandas y húmedas,
con urgencia,
se saborean y mastican.
Me siento al abrigo
de tu melancolía,
y nos desaparecemos.
Renacidos,
no existen velos,
tiempo, ni trecho,
pues al tempo,
el verso que acude al labio
en el beso infinito,
la distancia…
el justo trecho,
entre un uno
y el otro latido,
en un mismo corazón.
Me siento…
al abrigo de nosotros mismos.
Me siento. -JOff