Lloras a la ventana,
y al quicio de la cama lloras,
a la almohada,
y el colchón hace aguas,
bajo su propia agua.
Ay alma,
que a la mañana anfibio
y el aire vuelve a axfisiar
la garganta.
Haz añicos el cristal de la
ventana,
llora en el dolor del corte,
el dolor de la herida,
abandona el llanto
a la razón del sendero.
Laméntate al paso
sobre un firme de tierra,
mas sorprendete,
pues tanta belleza…
y brotes que al pecho
crecen flores,
risa, candor, alegría.
Sal afuera, camina,
no hay lágrima que seque,
ni sonrisa que moje una
pecera.
Fuera es la vida.
*Vive . -JOff