Hablan pájaros
y vientos,
sin otro lado cuentan
ventanas abiertas,
hoy se persigna,
entera la tierra.
Susurra la brisa
besando el aire
un cante jondo,
quejido… lamento,
el fuego rasgó
su camisa.
Emmanuel enmudeció,
tañe su grito el silencio.
En lágrima de ceniza,
rompen el sigilo
viudas gárgolas negras.
De luto un velo,
cubre su largo al Sena,
yace a su orilla una aguja,
jamás será en su reflejo.
Clamor de almas al cielo,
al mundo… su eco,
mon Dieu, mon Dieu Paris,
Nuestra Dama ha muerto.
Lunes de ceniza. – JOff
*Notre Dame, 1345-2019*