…gotea,
van cayendo dentro de la taza del desayuno los ángeles desprendidos de las cuerdas del marionetista.
Algunos saben nadar,
otros saltan sobre mis tostadas.
Los que trago, no saben a nada.
El propósito del día bueno se ha esfumado,
a pesar de las alas que revolotean dentro de mi dispuesto bolso,
pringando mis cosas de mermelada.
El propósito del día bueno
se ha esfumado,
no trotaran mis tacones,
seguirán relinchando,
entre el polvo del zapatero.
Mi agenda ahora es dulce,
sus hojas de blanco impoluto…
sus tapas…
ajadas amarillean,
como el recuerdo del último empleo.
El café sabe a ángel negro,
y el negro forro de mi bolso
ahora luce estampado,
de alas rotas.
He de fotocopiarme,
plancharme bien plana,
los sobres con sus sellos
aguardan mi siguiente embarque.
Es posible que en el anterior
se ahogaran,
o tal vez al abrirlos,
55 otoños les saltarán a la cara,
¡Buh!,
como una caja de sustos.
…es decir…se ahogaron.
Y aquí estoy,
sosteniendo aún la taza
entre mis manos templadas,
releyéndome, devuelta,
con el sello de, «denegado»,
desestimado, rehusado…
No da el perfil.
Mi frente en su cabeza
tan digna, poderosa,
con su mente lúcida,
cabal y cultivada.
Y los muslos como roca,
en mis piernas cruzadas.
Con mis pies desnudos de roces,
que tan firmes,
a la tierra su pisada.
Mi frente…
aún, más alta.
Se esfumó el propósito del día bueno.
Prepararé la plancha.
Los buzones tienen la rendija
tan pequeña…
como grande el desprecio
de quien tatua X
sobre «carreras de vida»,
que pretenden extensas,
pero de cortas «añadas».
… será ya para mañana,
mañana de nuevo será el propósito, y el día, será bueno.
¡¡Buh!!.-JOff
… difícil, cuando todo lo que reune las cualidades o no, necesarias para desempeñar un trabajo, parece ser que sólo se encuentra en la fecha de nacimiento… 😉
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Que no dure más de un día…
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