Desnuda,
nada más que una gota,
del dintel del ojo suspendida,
de su esquina, de su centro,
sobre una pestaña,
húmeda transparencia pura
que tras soltarse,
desvanecida.
Sola
como al tiempo de silencio,
una nota sostenida.
Como aire que corta un bostezo,
sin oxígeno ni saliba.
En el cuerpo sin latido
que se abandona.
Sola, desnuda, muerta,
como el instante del alumbrado,
hasta despertar en lloro a la vida.
Sólo que…
más sola, más desnuda, más muerta,
en la soledad sin mí,
la desnudez de la nada.
La muerte que dormida
ante la vida muerta,
dónde ni llanto.
*…en la soledad desnuda. -JOff