Te levanto mi niña,

te crecieron los años,

cicatrices y marcas,

de tus cabellos, hilos de plata.

Creció tu corazón de seda.

No te crecieron,

escudo, armas, ni cautela.

No te nacieron,

doblez, ardid,

truhanería, ni vileza.

Desde los ojos de mar,

agua… transparencia…

Ay mis niñas,

que tras el cristal

crecieron enredaderas,

nacen, tupidas madreselvas.

Ven mi niña,

venid con ella, mis pupilas.

De nuevo te levanto,

te alzaré, arriba bien arriba,

hasta los pies de la tierra.

Niñas, a vosotras,

os cortaré las trenzas de hiedra,

y a ti,

que te crezca lo que no creció,

lo no nacido, bien está que no naciera.

Te he de aupar, mi niña siempre,

vivirte tal cual me habites,

mas he de curar mi ceguera.

Ojos de seda.-JOff