Nómada

20180814_133524.pngCarcajada en llanto,
la melodía rota
entre las manos rebosa
deslizándose por la rendijas.
De entre los dedos,
se me escapa, escurre,
hasta formar el charco sin signo.
Llegué hasta aquí, me creí
inamovible, estable, quieta,
la vida avanzada sin mudanza,
soldificada morada.
Hoy mi sangre circula en
pequeñas bolitas de hielo rojo,
que recorren descendiendo
la vertiginosa Montaña Rusa
de mis venas.
No hay el qué,
con que afianzar la vida.
Pero me sentí segura,
y no hay  mas seguro,
que el de la mano negra, definitiva,
a la que nada estorba, y ejecuta.
Con la mia propia, cerraría mis ojos,
dejaría correr las bolitas rojas,
por la corriente que se rompe en la roca,
si yo fuese, valientemente cobarde.
Pero la vida me vence,
supervivencia es la consigna.
Y, me recojo, me meto en la maleta,
sin alas, vuelo.
Al salir, cerraré la puerta,
sin girar la vista,
de espaldas el aprendido camino.
Ya en la distancia…
fijaré la mirada,
escudriñaré el paisaje,
sudaré mis abstracciones,
fraguaré los ulcerados pasos,
con acero que ya templé.
Soñaré una maravilla que transite
en un mundo paralelo a las miserias,
y despertaré a un nuevo poema.

Nómada.-JOff

 

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