No quiero que me exista
una instantánea sepia,
rancia y turbia de tiempo.
Ni que prendan las rosas,
cuando yo ya dejé de arder.
No quiero túnicas silentes
ni capa afónica, ni cuerdas
sostenidas, contenidas,
que mueran al filo de tu lengua.
No me dejes la ausencia
sin tu palabra,
sin el gesto que te pienso en ella,
sin el sonido de tu cuerpo,
sin tu risa blanca,
sin tu dolor a carcajada.
Alertame de tu silencio,
háblame de un, hasta luego,
o un hasta siempre,
un, hasta corto,
de un, conmigo para siempre.
Ya sé Amor, como me vives,
y lo sé… porque vivo.
Cambio con el temporal,
me desplazo,
se agitan ojos, labios, huesos.
Y hasta la boca,
que tierna, que grotesca,
que seca, o ensalivando deseos.
Y en la calma chicha,
también me desplazo y muevo,
clic – clac ,
el sonido de mis zapatos,
vaivenes de faldas a las prisas,
y al paso sosegado.
Se irritan, mi mirada y manos,
extendidas, vacías, en vano,
inmoviles…
en la impotencia y su encadenado.
Pero en todo vivo, todo se mueve,
permuta, altera, va mutando.
Y la vida, va muriendo lo que vivo,
y en su muerte… también vivo,
menos en ti amor,
en ti, me sobrevivo.
*Sobreyvíveme.- JOff
BONITO
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