El mar y la niña de sus ojos.

Amanece a la mañana gris,

de un mar abatido,

las olas, en susurro dormido,

acaricían el despertar,

de sus ojos hundidos.

De los presagios de los malos sueños,
sombra oscura que los perfila,

el antifaz,

sobre las sonrosadas mejillas.

Cuerpo de algodón, blando, cálido,

que se endurece tras el desperezo,
de una noche entumecida.

Se abren al fin, dos luceros amarillos,

y mil destellos Niña,

de un verde ambarino.

Estrellas de diamante,

ojos que caen sobre el agua,

desde la arena de su ventana.

Y su mar, ese mar en balsa,

que meció su sueño enrarecido,

se exalta.

clavando la mirada en su mirar,

dicha, alegría, alabanzas,

entonces él, comienza su danza.

Y las olas…

muestran su cresta recién peinada,

regresa la espuma blanca,

para anegar todas sus orillas,

mojar sus descalzos pies,

acariciar, cosquillear,

y arrancarle mil sonrisas.

Y ese mar…

tanto se alegra de su despertar,

que ya luce su color intenso,

al ver de su amor el reflejo.

Su mirada en él,

como beso siente,

devolviéndole su azul,

que con el cielo, se crece.

Se desvaneció el gris,

y las aguas saltan alegres.

Se revolucionó el mar con su Niña,

enamorado y complaciente.

Por su inmensa luz la ama,

con caracolas engalana,

su larga melena dorada.

Porque ese mar es loco por ella,

y en su presencia…

agua de sal, que su boca besa.

lágrima de emoción y gozo,

ese amor que lo entrega todo.

Y ella sabe de ese Amar…

ese que humedece y moja,

que apenas siendo gota,

se convierte en manantial,

y desde el corazón se arroja.

El mar y la niña de sus ojos . -JOff

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