Ya no hay sangre que se altere,
pero te respiro, mis ojos te advierten,
blancas flores en las ramas ya prenden.
Se tiñen los celajes del crepúsculo,
pequeños lunares se mueven,
pájaros en vuelo largo,
los que van y los que vienen.
En busca del estío, unos,
otros, hacia un norte de nieves.
Ya no hay sangre que me altere,
tantas estaciones ya cruzaron,
que en la plata de mis sienes…
la mirada calma,
las señales que a la tierra se ciernen,
el cuerpo sereno,
la alegría intacta al reconocerte.
En sosiego mi sangre riega, mas…
bienvenida primavera!
vestido nuevo tu luz,
mi sonrisa a tu sol alegre.
*…una nueva primavera.- JOff
Hermoso
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