…nací un día, en ausencia de
mi madre,
mi padre vagava infinito
entre los anónimos,
y el Dios de todas las cosas,
ya había prescindido
de casi todas.
Crecí frente a la palma de la
mano extendida,
el grito apagado,
la lágrima rota que se
derrama hacia dentro
y, ahoga.
Entre limosna y limosna
de vida,
caminé entre la bruma,
los pies,
sobre perenne alfombra roja.
Entre truenos de acero,
destellos de alpaca loca,
que se prende a los cuerpos,
y socavaba la carne roja.
Me cobijé en una luz de
medio día
que nacía al otro lado del
mundo,
cuando alcancé su plenitud,
pude contemplar la sombra.
Decidi dejarme andar
sobre la senda ignota,
desde allí la vida arrastrar
hasta aquí, y ahora
donde confirmar,
que no hay tierra hostil,
si no hombres de gula,
de espalda ancha,
falaz lengua.
Hombres que la tierra
merman,
a sus bolsillos,
feraz la cosecha.
En su propósito…
nadie,
la vida ajena.
*Hijos de la guerra.-JOff
Tus poemas son íntimos y únicos, pero tu voz no calla ante la injusticia. Mi admiración poeta.
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