Ya anduvieron los tiempos…de mantequilla con azúcar
bordeando tazas,
de panes tuertos rodando por el mantel,
y las risas claras resonantes de ecos,
llenando todas las estancias.
De abrazos escurridos
perseguidos por callejones,
por rostros de granada tragando el grito mudo,
encarcelando la boca,
las manos blancas e impolutas.
Atrás quedaron los guijarros
a salto de rana ondeando el río.
Las piedras y matorrales
que tapiaban cuevas jadeantes.
El escondite perfecto,
de dos, de a cuatro de a seis… de a pares,
corriendo por arreboladas mejillas,
besos robados, volados como pólvora.
La lágrima orgullosa,
escondida en un bodoco del pañuelo,
o los llantos sueltos,
galopantes en dirección opuesta al cuerpo,
esa lluvia horizontal…
salpicando la tierra del rudo y polvoriento camino.
Quedó atrás,
como fue quedando el espíritu contagiado
exaltado de fuerzas,
promesa de una firme rienda,
que temblaba y sudaba la mano.
Hoy… un sosiego quedo,
es sorprendido muy de vez en cuando,
anhelante…
de un pequeño atisbo de lo insospechado,
algo nuevo que recorra a trote,
el pulso de una ilusión.
Latigazo de corriente desprendiendo savia,
de la verde, de la fresca y dura.
Cuando ocurre, tan leve…
Tan a penas la velocidad y descarga de un rayo,
casi siempre allá, en una lejanía.
Todo fue quedando…
Desamontonamos y ponemos en fila,
o tiramos del montón,
desplegamos, sacudimos,
a veces volvemos a plegar con mimo,
otras, a jirones, intentando destruir.
Pero los recuerdos persisten,
recordando hasta su afán de olvido.
Atrás queda,
❤😘💐💐💐
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