Hoy visto, incertidumbres de flores,

las dudas, adorno con pompones,

silencio preguntas,

con cintas de colores.

Crespón negro los recuerdos,

en saco gris del olvido,

lo tomo, lo cargo, lo lanzo al rio,

sin rencor, pena, ni  honores.

Hoy vestiré de fiesta

la sonrisa que no ríe.

Carmín de cosquillas,

ver temblar la campanilla.

El sonido de la cuerdas,

vibrante, alto, armonioso.

Carcajada en estruendoso gozo.

Saltarinas agujas urdiendo la tela,

para vestir de arcoiris el dolor.

Sol tenúe que se inmisculle,

entre las aguas vertidas,

resbalando por las pestañas,

perlas de cristal en color.

Un templo de silencio,

en algarabía,

sinfonía número nueve.

Los acordes de Bethoven…

Versión de Everly Brothers.

Revuelo de faldas,

bailando a la alegría.

Hoy vacío bolsillos,

cajones, armarios y cajas.

Baúles y alguna lata.

Hasta Gauguin se entusiasma,

y viene a pintarme aves,

sobre mi pared blanca.

Y se posan en mi ventana,

pájaros del paraiso de Willson,

y un diamante de Gould,

todos portan del cielo, el azul.

A recibirlos salgo,

vestida como un Queztal,

verde esmeralda el vestido,

esperanza en mi mirar.

*Vestida de esperanza.-Juliet Offenbach