De puntillas entre charcos
caminando sobre el fango,
el pantano está cubierto
los reptiles van bailando.
Cocodrilos devorando
la procesión en paso,
ultrajando, golpeando,
despiadado amargo tango.
En los gritos, el dolor,
su sonido agua salada,
roncas olas su lamento,
voluntad amordazada.
Voz de las almas infantes
sin oídos escuchadas,
mas la memoria elefante…
Odio, venganza, sangre.
Sin perdón, ni penitencia
rendidos ante el quebranto,
entre muerte e impotencia
las balas, entre los bailes.
Malditos bastardos, dueños de la tierra,
vuestra pisada, semilla para la siembra.
Cada siembra su cosecha,
cada cosecha vida,
en cada vida su afrenta.
De la afrenta por respuesta,
pérdida, dolor, ausencia.
El recuerdo, yaga abierta
aun sin batalla un escudo,
construyendo una muralla
atacando, defendiendo,
un baile sin olvido… el futuro.
Sin perdón .-Juliet Offenbach