…Aquellas letras se movían,
interpretaban magistralmente
el contenido de las frases…
Un viento del norte las depositó
sobre mi mesa, y desde entonces,
un insulso y desapercibido Febrero,
quedó marcado en el calendario
de toda una vida.
Con urgencia mis ojos recorrían
tus versos,
y los poemas… un cielo en el pecho.
Después vendrían tus palabras,
mas tarde, las caricias nuestras,
que ese mágico viento, suave… lento,
soplaba despacio, con cuidado,
hacia ese incipiente cielo.
Y nada resultó extraño,
siempre supe que llegarías,
que serias tú,
te reconocí al instante,
eras mi tu de antes,
de ahora y siempre.
Ese tu, que cubrió grietas
soldificó la estancia,
revistió de columnas,
para nosotros…
construyó un templo.
Desde entonces sopla ese viento,
siempre será Febrero,
Febrero cálido, tierno…
Y Tú, mi Único,
Tú, Amor,
lo nuestro, vida,
y esta… un cielo en el pecho.
Febrero, del 28 de Mayo.- Juliet Offenbach